Para que Europa alcance la neutralidad de carbono en 2050, los edificios deben ser mucho más eficientes desde el punto de vista energético. La calefacción, la refrigeración y la industria, representan la mitad del consumo energético de toda Europa, lo que los convierte en el mayor uso final de la energía, por delante del transporte y la electricidad(1).
En este sentido, dos tercios de la energía utilizada para la calefacción, la refrigeración y el agua caliente de los edificios residenciales proceden de combustibles fósiles(2). Es por eso que la premisa de la que se parte para alcanzar la neutralidad en CO2 consiste en una actuación mucho más eficiente energéticamente.
Qué medidas necesitan llevarse a cabo en los hogares
El Gran Pacto europeo -el plan de Europa para conseguir la neutralidad de las emisiones de carbono en 2050- pide que se duplique el número de renovaciones energéticamente eficientes en los hogares, todo ello en el marco de su estrategia «Renovation Wave». Esto supondría que 35 millones de hogares serían renovados con un estándar de eficiencia energética más alto para 2030, lo que sigue dejando a la gran mayoría de los más de 200 millones de hogares europeos como ineficientes energéticamente.
Uno de los principales retos es el elevado coste que supone la compra y adaptación de esas medidas como el aislamiento, las bombas de calor o los paneles solares. A día de hoy ya existen diferentes medidas gubernamentales, que varían según el país, que persiguen ese mismo objetivo, aunque resultan insuficientes si se pretenden llegar a cumplir los objetivos del Pacto Verde. Y es que, hacer que los hogares sean más eficientes energéticamente también pasa por ayudar a esos más de 50 millones de europeos que viven en la pobreza energética(4).
Además, esta situación se ha visto agravada por la pandemia. Sin embargo, los controles de calefacción y refrigeración inteligente representan una solución económica, ya que un termostato inteligente no supera los 230 euros y los usuarios de tado° consiguen ahorrar una media del 22%(5)en sus gastos de calefacción.
Algoritmos inteligentes para el ahorro
Las bombas de calor son mucho más eficientes desde el punto de vista energético que las calderas de gas o gasóleo, y pueden aprovechar las energías renovables al funcionar con electricidad. Ya se están instalando de serie en muchas viviendas y edificios de nueva construcción mientras, de manera progresiva, van desapareciendo las instalaciones para el consumo de gas.
La conectividad de las bombas de calor y los sistemas de aire acondicionado con algoritmos inteligentes pueden suponer un punto clave en los objetivos de este Pacto Verde europeo, hasta el punto de que la calefacción y la refrigeración inteligentes pueden revolucionar el consumo energético.
«Europa necesita un mercado energético totalmente integrado, interconectado y digitalizado«, afirma el cofundador y CPO de tado°, Christian Deilmann. «La flexibilidad en la demanda de la red energética allana el camino para una mayor producción de energía renovable sin necesidad de centrales eléctricas de apoyo. Precisamente, la calefacción y el aire acondicionado de los edificios son la mayor fuente potencial de esa flexibilidad. Las estrategias de control quedarían sujetas a cuando el sol brille o el viento sople sin afectar al confort dentro de los edificios. Esto se traduce en soluciones a la demanda y tarifas ágiles que permitan a los clientes hacer un mejor uso de la energía renovable limpia y barata«.
Independencia energética para Europa
Un dato: entre 1990 y 2018, las emisiones de gases de efecto invernadero se redujeron un 23%, mientras que la economía creció un 61%(6). Las investigaciones de McKinsey respaldan esta afirmación al sugerir que Europa puede alcanzar la neutralidad climática sin ningún coste neto para la sociedad. Además, si se gestiona eficazmente su transición energética, Europa podría obtener una ganancia neta de casi 5 millones de puestos de trabajo(/).
El suministro energético de Europa sigue basándose en gran medida en los combustibles fósiles, con aproximadamente el 90% del petróleo y más del 60%(8) del gas importados. La transición energética del Pacto Verde europeo permitirá a Europa ser en gran medida independiente energéticamente, abasteciéndose de energía más verde, más local y de origen más ético